Teoría del Efecto Croissant

El “Efecto Croissant”

o cuando se manifiesta una tensión externa….

 

Imagínate un croissant: dos cuernos y un cuerpo central. Ahora imagínatelo en tu cuerpo: los dos cuernos serán nuestros brazos, intentando asir alguna o varias cosas y el cuerpo central del croissant serán nuestra cabeza, cuello y trapecios.

 

Si toda esa “zona de croissant” se encuentra tensa es debido a factores internos de nuestro carácter, forma de ser y/o de vivir las emociones de forma tensional.

Si eres una persona controladora, posesiva, perfeccionista, excesivamente responsable…tienes todos los números para, antes o después, acabar tensionando la “zona de croissant”. Ello se debe a que las características personales antes mencionadas, tienen en común la acción acompañada de un pensamiento tensionador concreto. En el momento de esa acción, el cuerpo se torna rígido como respuesta a una “necesidad” de abarcar todo lo que el pensamiento demanda.

¿Qué Hacer?

Lo primero de todo es reconocer que tenemos ese tipo de actitud. Una vez reconocida, debemos aprender a aceptarla para así, después, soltarla y, poco a poco, trabajar internamente para saber que, si vuelve, podemos conseguir que la tensión sea menor.

Otros artículos interesantes

La importancia del Masaje

Cuídate, cuídalos…

Regalos 7 Masajes